2012-06-28

YoSoy132 y el peine


Gil Gamés
 
En la víspera del debate entre los candidatos a la Presidencia organizado por el Movimiento YoSoy132, su periódico La Razón ha traído de la página web de Manuel Cossío, ex integrante de la organización estudiantil y quien manejaba las redes del movimiento en sus inicios, un puñado de declaraciones de Saúl Alvídrez del Tec de Monterrey. Imposible que Gamés añada algo a la columna de Rubén Cortés, “Soy de izquierda, güey”, en la cual reproduce las ideas (es un decir) y el lenguaje (otro decir) de Alvídrez.

Ya salió el peine, bueno, ya había salido, pero apareció de nuevo, como esos actores ansiosos que se niegan a abandonar la escena. Morena les dio una ayudadita, güey; los perredistas, güey; el buen Epigmenio; el buena onda de Villamil; el mero mero Virgilio y el gran Jalife, ¿cómo ves, güey? Bueno, chacun ses maîtres penseurs. ¿Y Alfredo Jalife? ¿Qué pitos toca en esta banda? ¿No es este Jalife el que acusa de sionista y agente del Mossad a todos los que le da su regalada y palestina gana? ¿Qué, güey, se le cerró la sesera a los muchachos?

La verdad sea dicha, el Movimiento YoSoy132 puede acercarse a quien le venga en gana, faltaba más, si le diera la gana rezarle a San Ignacio de Loyola, muy su gusto, pero, eso sí, convendría que no vendieran su fama pública como un movimiento espontáneo, natural, intuitivo, sin intereses partidistas. Tampoco convendría afirmar que “no” todo el movimiento ha sido asesorado por Morena y el PRD porque entonces hacemos una teoría de conjuntos que termina en sopa de pipirín: ¿cuántos pipirines de la sopa YoSoy132 pertenecen a Morena y cuántos no? En fin.

Mientras Gamés escribe las líneas de esta página del fondo, los jóvenes de Morena, perdón, del YoSoy132, inician el debate con tres de los candidatos a la Presidencia a puerta cerrada en la Comisión Nacional de Derechos Humanos: Liópez, con la mano en el corazón y su costal del cambio verdadero; Josefina, mujer entre las mujeres y a ver de qué cuero etcétera; y Quadri, a quien Gil aún no sabe si llamarle títere o perro bailarín.

Peña Nieto se negó a asistir y eso ha soliviantado a los jóvenes. Según el portal de Sin embargo, hasta el último momento, los estudiantes intentaron convencer al candidato del PRI. O sea: a quienes han marchado por las calles repudiando al candidato, a los que lo llamaron “cobarde” y “asesino”, les llama la atención que no asista a su debate. Eres un miserable, cobarde, ladrón, impresentable. ¿Me oíste? Ahora te espero a cenar en casa, no me falles. Caracho.

Si algo ha aprendido Gamés en estos años es que la vida nunca deja de ofrecer detalles geniales; lectora, lector, oigan esta regla encantadora del debate organizado por el YoSoy132: “En caso de no contar con la asistencia de alguno de los candidatos, su lugar permanecerá vacío y se le plantearán las preguntas que le correspondan”.
Gamés dio dos brincos de felicidad sobre la duela de cedro blanco. Ja.

Gilga imagina a uno de los tres moderadores: Candidato Peña Nieto díganos ¿por qué usted es un cobarde? Bien: el que calla otorga, concluirá el tribunal. Bien pensado, no está nada mal hablarle al vacío. Gil adoptará esta práctica. Ante un sillón, desde luego no mullido, pero sí vacío: Explícame, Dios mío, ¿qué te pasa?, ¿no me oyes? Siempre te haces el distraído, contigo de veras no hay modo.

No se lo tomen a mal a Gilga, pero le importa una almendra (ya quedamos que es más que un cacahuate) el debate del YoSoy132. Si van o vienen, no tiene importancia. En cambio, un pronunciamiento (grandísima palabra) sobre si respetarán los resultados de la elección o no sería útil y benéfico para todos.

La máxima de Cocteau se acercó a la puerta del ático y espetó: “La juventud sabe lo que no quiere antes de saber lo que quiere”.


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Vamos ganando, Toluco


Gil Gamés
 
Gil ha recordado un poco porque sí y otro poco sin querer esta anécdota: cuando peleaba el gran boxeador, ídolo nacional, Toluco López, al final de su carrera, le gritaban esto: ¡Toluco, tú ya ni noqueando ganas! Mientras leía algunas noticias en sus periódicos, Gil repetía mentalmente esa frase. Faltan apenas nueve días para la suspensión de las campañas y la preparación del día de los comicios. Gamés buscó en los periódicos y los portales de los días que corren y encontró esto: “Algo pasó, se me hace muy raro porque siempre las encuestas de Reforma han estado apegadas a la realidad. En esta ocasión no corresponde con la información que yo tengo”. Gamés farfulló: yo tengo otras cifras.

Liópez se refería a la encuesta de su periódico Reforma en la cual el candidato Peña Nieto aparece con 12 puntos de ventaja sobre el candidato de las izquierdas. Curioso, si Liópez figura cuatro puntos abajo, la encuesta es perfecta, si la cifra cambia: “algo pasó”. Carachos, en plural. Oigan esto: “Las otras encuestas evidentemente están manipuladas. Reforma no manipula encuestas. Yo creo que lo que pasó aquí es que hay un error. Nosotros seguimos arriba”. Gamés se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y meditó: BGC, Mitovsky, Laredo-Buendía, Gea-Isa, Abundis, todas estas empresas encuestadoras han sido manipuladas, la de Reforma no ha sido cuchareada, pero hay un error en sus cálculos. Otras vez: carachos.

Como sea, las encuestas informan que de no suceder algo gordo e imprevisto, Liópez y Josefina perderán la elección del primero de julio. Cuidado, esto no es un deseo de Gamés, se trata de lo que dicen las encuestas, incluyendo la de Reforma. Aunque como dice Liópez, la realidad es otra cosa, algo asombra a Gil, y lo persigue como una sombra: nadie, ni un alma de entre los movimientos de las izquierdas considera que Liópez se ha equivocado en los últimos años. ¡Ninguno de sus seguidores! Los culpables son los otros: una televisora, dos televisoras, varios periódicos, políticos malvados, empresas encuestadoras, una piedra del camino, un crepúsculo, dos amaneceres y una noche tormentosa. Qué raro es el mundo.

Desde luego, Liópez desautorizó la información según la cual Morena, el PRD y conspicuos (gran palabra) personajes de la izquierda han impulsado, ayudado al movimiento YoSoy132. Que Peña les pagó, los instruyó, los dominó, los obligó. Si Gamés revisa los párrafos anteriores, no tendría por qué parecerle extraño que Liópez considere que el fraude ocurrirá a través de los teléfonos celulares.

Gil lo leyó en su periódico Milenio. El candidato de las izquierdas, que no son tan de izquierdas, pedirá a las autoridades que los ciudadanos no ingresen a las casillas con teléfonos celulares pues serán utilizados por el PRI para fraguar el fraude: “Ahorita están diciendo: te vamos a dar un celular y vas a votar por el PRI, tomas la foto y ahí están tus mil pesos”. De plano, foto de la boleta cruzada a favor del PRI y vengan mil brocas.
Liópez: “tenemos que hablar con las autoridades electorales para que no se permita la entrada del celular a las casillas, que lo dejen ahí, en la mesa. Nada de celular”. Correcto, y ¿qué le dicen a Gil de los sombreros? Nada de sombreros, de por sí instrumentos del fraude. ¿Y los lentes? Ajá, los lentes, artículos fraudulentos, a baja escala, pero fraudulentos. Lectora, lector: fray Bernardino Álvarez fue un hombre piadoso y bueno con los menesterosos. Su nombre lo ostenta en lo alto un manicomio del sur de la Ciudad de México. Mecachis.

La máxima de Quevedo espetó en el ático: “Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos”.


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Con todo respeto, un servidor


Gil Gamés
 
Repantigado en el mullido sillón de su amplísimo estudio, Gamés recordó que fue Liópez quien repuso en el candelero público la fórmula “con todo respeto”. Cada vez que Liópez decía “con todo respeto”, usted podía estar seguro que venía un hachazo de pronóstico reservado. Con esta fórmula remilgada, Liópez repetía y repite esa forma lingüística mexicana que no se atreve a disentir sin una disculpa, más vale darle una vuelta a la falsa cortesía que asestarle de frente una crítica al adversario. Perdóneme usted, pero voy a darle una cachetada. En el fondo, y en la superficie, se trata del miedo a decir lo que se piensa. Es decir, estamos ante una forma de la mentira: con todo respeto, usted es un ladrón; sobra el respeto, o falta, como lo quieran ver.

Por cierto, y con todo respeto, Gamés no deja de pensar que si el candidato de las izquierdas hubiera sido Marcelo Ebrard otro gallo nos cantara. Pero el presidente legítimo, porque Gamés supone que aún no termina el periodo legítimo, ¿cuánto duran las presidencias legítimas? El legítimo, decía Gil, hizo una encuesta, de las que sí sirven, no como las que lo sitúan más de 25 puntos debajo de Peña Nieto en las preferencias. En fin, lo que Gamés quiere decir es que Ebrard habría sido un candidato mucho más competitivo. Quizás en el 2018, Liópez pueda salvar a México; de momento, y con todo respeto, va a estar difícil.

Cuando Gil oye a Peña Nieto, le llama la atención una muletilla que el candidato utiliza a tiro por viaje: “unservidor”. Cada vez que quiere parecer verosímil, Peña empieza más o menos así: “un servidor se vio en la necesidad de usar la fuerza pública en Atenco”. Se trata de una expresión de servicio que esconde una falsa modestia más grande que un elefante y oculta al “yo”. ¿Quién metió la pata hasta el cuello? Un servidor. ¿Quién rayos desmadró la cosa? Un servidor.

Los mexicanos somos maestros en servilismo hipócrita: a los pies de usted, pase por su humilde casa cuando lo desee, sísiñor. Cierto que los funcionarios públicos deberían servir antes que atascarse en la olla del puchero, pero después del quinto “su servidor”, Gil piensa que el seguro servidor de usted usa la expresión para simular amabilidad. Esta fórmula vieja, le ha dado a Peña con el paso del tiempo un perfil de buena educación, observancia de las buenas maneras, de un político que no rompe un plato. Si le permiten a un servidor, vamos a hacer las reformas que México requiere para crecer y que el PRI se ha negado a hacer durante al menos dieciocho años. Un servidor ve en Gamboa Pascoe a un gran líder obrero. El mismo servidor se ha unido con el Partido Verde y Jorge Emilio González. Ahíto de tantas ofertas serviciales, Gil abandona el mullido sillón del amplísimo estudio, camina sobre la duela de cedro blanco y farfulla: pues qué servidor más inservible.

Puestas así las cosas, Gil preferiría un candidato que insinuara ofertas indecibles y brumosas, pero posibles: si votan por mí, no me voy a dar por mal servido; votantes, ya en serio, ¿cómo nos vamos a arreglar?; o bien esta otra: échenme un capote porque ando por la calle de la amargura, voten por mí: el ruego como programa de campaña.

En fin: la repetición de las fórmulas una y otra vez, muestran también las limitaciones del pensamiento, dicho esto con todo respeto por un servidor.

Una sentencia de Jardiel Poncela dijo algunas verdades en el ático y luego espetó: “La sinceridad es el pasaporte de la mala educación”.


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2012-06-27

Francia ganó el Mundial de Fútbol.....


Yo no sé ustedes qué piensen pero yo no reconoceré a Italia como campeón del mundial de fútbol

Impugnaré el resultado ya que estuvo muy cerrado el resultado, tan solo por un gol de diferencia y el penal se falló por menos de 5 centímetros de la línea

Además, me parece muy sospechoso que Italia haya empatado el partido cuando todos vimos claramente que Francia iba ganando

Así que exigiré que se revise gol por gol y portería por portería para saber realmente quién ganó el mundial

Además, de acuerdo a mi conteo, Italia falló más penalties que Francia así que exíjo a la FIFA que respete mis resultados

En este momento, ningún equipo puede decirse ganador ni proclamarse campeón del mundo, por lo tanto,respetuosamente le solicito al equipo de Italia y a sus seguidores se abstengan de realizar celebración alguna y regresen la copa hasta que se aclare ésta situación
Únete a mi!! Defendamos el triunfo de Francia!!!

Vamos al Zócalo y al museo de Louvre y defendamos el triunfo de Francia!!!

Su amigo: el PEJE

Nota de Gus: Es del 2006, esta desfasado, pero lo importante es que no se les olvide.

Democracia secuestrable

Enrique Krauze

Para ilustrar el argumento ad terrorem con el que las ideologías totalitarias imponían su verdad a la sociedad, el filósofo polaco Leszek Kolakowski contaba una fábula: dos niñas emprenden una carrera en un parque; la que va atrás exclama continuamente, a grandes voces, "¡voy ganando!, ¡voy ganando!", hasta que la que lleva la delantera abandona la carrera y se echa a llorar en brazos de su madre, diciendo: "no puedo con ella, siempre me gana".

Sin el desenlace, algo similar está ocurriendo en México. Tras una jornada electoral libre, ordenada y pacífica en la que sufragaron 42,249,541 mexicanos cuyos votos fueron computados en 130,477 casillas por 909,575 ciudadanos (no funcionarios), el candidato del PRD a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, resultó perdedor por un margen de 0.57%, equivalente a 240,822 votos, frente al candidato del PAN, Felipe Calderón. Los números del sistema electrónico de conteo preliminar, avalado por la Universidad Nacional Autónoma de México, coincidieron con el recuento final efectuado en los 300 distritos electorales que concentraron las actas de las casillas. Fuera del resultado adverso en la elección presidencial, en la misma jornada electoral el PRD logró convertirse en la segunda fuerza en el Poder Legislativo (aumentando considerablemente su posición en ambas Cámaras) mientras que su candidato a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, triunfó con el 47%. Por si fuese poco, el PRD arrasó con casi todos los puestos ejecutivos (las delegaciones en las cuales está dividido el Distrito Federal) y en la Asamblea Legislativa del propio Distrito Federal.

Esa es la realidad que atestiguaron 1,800 consejeros distritales, 970,000 representantes de todos los partidos, 24,769 observadores nacionales y 639 internacionales. No obstante, y a pesar de que Andrés Manuel López Obrador considera válidas las elecciones que produjeron triunfos nunca vistos para su partido, no acepta su derrota personal. Dado el estrecho margen de la elección presidencial, ha decidido ejercer su derecho a impugnar los resultados en el Tribunal Electoral de la Federación. Esta instancia final e inapelable será la que decida, en un plazo cuya fecha límite es el 6 de septiembre próximo, cuáles irregularidades reclamadas son válidas, en cuáles casillas procede o no un recuento de los votos, y cuál es el resultado final de la elección presidencial.

Si el candidato del PRD se hubiese limitado a instrumentar esa estrategia jurídica, su actitud no habría dañado inadmisiblemente el proceso electoral ni socavado a la frágil democracia mexicana. Pero, como era previsible, López Obrador no podía conformarse con una estrategia legal, que él mismo, despectivamente, ha llamado "formal". Tal y como ha hecho a lo largo de su vida, él tenía que ir por más, ir por todo, y es allí donde encaja la fábula de Kolakowski: tenía que recurrir al argumento ad terrorem para lograr su propósito.

Como la niña del cuento, sabedor desde el 2 de julio por la noche de que las tendencias no le favorecían, acudió al Zócalo para declarar: "Hemos ganado la presidencia de la república". Días más tarde, luego del recuento oficial que en el mismo sentido hizo el Instituto Federal Electoral (organismo ciudadano autónomo que, revirtiendo una larga historia de fraudes, desde 1996 organiza con éxito y probidad las elecciones en todos los niveles federales), López Obrador congregó al "pueblo" a una "asamblea", en la que llamó a Fox "traidor a la democracia", y utilizó la palabra más ominosa del diccionario político mexicano: la palabra "fraude". Esta descalificación de la institución electoral (que acababa de dar el triunfo a cientos de sus candidatos) y los discursos incendiarios que han seguido desde entonces, hasta culminar en un llamado "a la resistencia civil", representan una táctica nada "formal"; representan precisamente el recurso ad terrorem aplicado con un riesgo enorme para la paz de México.

Además de proclamarse vencedor, insultar al presidente Fox, amenazar a Felipe Calderón y a su familia, llamar delincuentes a los funcionarios del IFE, considerarse traicionado por miembros de su propio partido y adelantarse al veredicto del Tribunal Electoral, López Obrador ha echado mano de un repertorio digno de una novela de Orwell. Irregularidades aisladas, presuntas y, en todo caso, no dictaminadas por el Tribunal, son presentadas al público como evidencia palmaria de que todo el proceso estuvo viciado, ignorando el testimonio de los observadores extranjeros y de millones de mexicanos. Cuando sus propios representantes de casilla negaron la supuesta irregularidad que López Obrador pretendió demostrar en un video, el líder aseguró que fueron "comprados". A la mentira aúna la contradicción (del fraude "cibernético" a su negación: el fraude "a la antigüita"), la inconsistencia (aunque pide "abrir todas las casillas y contar voto por voto", ante el Tribunal Electoral sólo presentó impugnaciones en el 39% de las casillas) y la calumnia (de existir un millón y medio de boletas "robadas", el hecho implicaría que miles de representantes del PRD son delincuentes electorales). El daño causado a nuestras instituciones electorales puede ser irreversible. Ante la andanada ad terrorem, ¿qué ciudadano querrá en el futuro participar en una casilla?

Pero lo más preocupante, desde luego, es que López Obrador ha convocado a movilizaciones de centenares de miles de personas en toda la república "en defensa de la "democracia", la misma democracia cuyas instituciones ha puesto en entredicho. Si bien ha insistido en que las marchas serán "pacíficas" y "no caerán en provocaciones", sabe muy bien que en el actual ambiente de extrema polarización, la provocación puede provenir de cualquier lado. Para calibrar sus intenciones no hace falta ser adivino, él mismo lo ha expresado con todas sus letras, y es preciso creerle: él nunca aceptará un resultado adverso, ni de los votantes, ni del Tribunal Electoral; él "ganó la presidencia" e irá "tan lejos como la gente quiera".

"La gente", "el pueblo", no son, por principio, los 27,034,972 mexicanos de todas las clases que no votaron por él; no son siquiera los 14,756,350 ciudadanos que lo apoyaron en las urnas. "La gente", "el pueblo", son aquellos que puede movilizar en las calles y plazas del país, y que lo ven como él se ve a sí mismo, como el Mesías de México. ¿Y quién interpreta los deseos de ese "pueblo", depositario de la ley natural y divina, no de la despreciable ley escrita por los hombres? El líder carismático que encarna la Verdad, la Razón, la Historia y el Bien, el líder que prometió salvar a México de la opresión, la desigualdad, la injusticia y la miseria, el que "purificará la vida nacional": Andrés Manuel López Obrador.

El mundo ha visto muchas veces esa película. Es el huevo de la serpiente dictatorial. Un hombre impermeable a la verdad objetiva, un Mesías que se ha proclamado "indestructible", pretende secuestrar la democracia mexicana y, de no obtener el rescate exigido, incendiar al país. No exagero. De hecho, el vocero del PRD, Gerardo Fernández Noroña, declaró hace unos días a Los Angeles Times que, en última instancia, está abierta la vía de la "insurrección". Pero en una democracia (y México es ahora una democracia, aunque su larga historia se empeñe en desmentirlo) no son las teas ardientes, los comités de salud pública, ni los líderes iluminados los que deciden: es el voto ciudadano, es el imperio de la ley.

Copyright © Grupo Reforma Servicio Informativo

ESTA NOTA PUEDES ENCONTRARLA EN:

http://www.reforma.com/editoriales/nacional/670055/ 

Fecha de publicación: 23-Jul-2006

Un himno a la orfandad

La telenovela “Elección de Estado” nos muestra el nuevo romance entre priístas y perredistas. Vuelven a “verse bonito”, coquetean, olvidan heridas, oscuros pasados salinistas y hasta caídas de sistemas electorales. No es Alzheimer, sino amor del mero bueno.

Hoy, se toman de la mano (y otras cositas) y se cantan al oído.

Manuel Bartlett Díaz, inspirado en Pedro Infante, le canta al PRD (y de paso, a Cárdenas):
“…Si te vienen a contar / Cositas malas de mí / Manda a todos a volar / Y diles que yo no fui”.

Camacho Solis, por su parte, dedica al PRI aquella canción de José Alfredo Jiménez que dice: “…Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida / Si nos dejan, nos vamos a vivir a un mundo nuevo / Yo creo podemos ver el nuevo amanecer de un nuevo día / Yo pienso que tu y yo podemos ser felices todavía”

Inspiradísimos en Juan Gabriel, diversos tricolores antimadracistas (temerosos de la debacle electoral), le responden -a coro- al PRD:

“…Querida / Ven a mí que estoy sufriendo / Ven a mí que estoy muriendo /En esta soledad, en esta soledad / Que no me sienta nada bien, Ven”

Incluso Emilio Chuayffet (en tono Timbiriche) ya dijo:

“…Y no quiero olvidarte, tal vez tú regreses / Y aquí yo estaré esperándote amor / No lo puedes llegar a negar / Tú y yo somos uno mismo”.

Se rumora que el hijo del Tata Lázaro -triste y meditabundo- tararea una pieza de Francisco Gabilondo Soler “Cri-Cri”:

“…Escondida, por los rincones / Temerosa de que alguien la vea / Platicaba con los ratones /La pobre muñeca fea.”

Que cosas. Creo que priístas y perredistas -una vez unidos bajo el guión de su telenovela “Elección de Estado”- deberían musicalizar su drama con este insólito Himno al PRI. Dicha pieza fue escrita por un tabasqueño cuando era presidente del tricolor en su natal Tabasco. El autor es el mismísimo Andrés Manuel López Obrador y hoy, más que nunca, adquiere absoluta vigencia.

Avanzar, avanzar con el PRI
compañeros, avanzar.
Libertad, unidad
democracia y justicia social.

Somos militantes del partido,
gotas de agua que formamos un océano,
somos dirigentes progresistas,
democráticos y revolucionarios.

Celosos vigilantes del partido,
no permitiremos que socaven nuestra Patria
extraños, inconformes y traidores,
en momentos de crisis, ni en bonanza.

Avanzar, avanzar con el PRI
compañeros avanzar…
Un día derribaremos al tirano
con la No Reelección, con el Sufragio,
ese día con grandeza construiremos
un país justo, libre y soberano.

La unidad nacional es lo primero,
en las columnas revolucionarias,
por eso las mujeres y los hombres
forjamos un partido de vanguardia.

Avanzar, avanzar con valor
compañeros avanzar…

Sin lugar a dudas, esta inspirada y poética perla del castellano universal demuestra que López Obrador es un todo un visionario, un profeta. Éste debe ser el himno del futuro partido. El que surgirá de la refundación del PRI en el PRD.

Himno, ya tienen. Una oda a la unidad. Un poema al reencuentro. Un verdadero himno a la orfandad.

bgrauet@hotmail.com


NOTA de Gus: Si, el himno ya esta en UByB, pero esta columna hace que valga la pena repetirlo. Además, ya quisieran ustedes tener la inspiración de AMLO, aceptemoslo. 

2012-06-26

Arjen Presidente

¿Vas a votar por Peña Nieto porque se te hace guapo?

Mejor...

ARJEN PRESIDENTE

¿Vas a votar por Quadri por su apariencia de intelectual?

Mejor...

ARJEN PRESIDENTE

¿Vas a votar por AMLO porque hace berrinche si las cosas no son como quiere?


¿O porque sus discursos te aburren?


Mejor...¡ARJEN PRESIDENTE!

Pero...

Si ya no estas dormido


Si ves la luz de la esperanza


Si estas decidido a decirle "Hasta la vista Baby" a los demagogos


Si ya te informaste hasta por Twitter en tu celular...


Entonces....

¡Josefina Presidenta!


Un consejo del coordinador de campaña de Arjen Huidobro (que NUNCA fue invitado al programa de Carmen Aristegui) y amigo de la democracia, Gustavo Huidobro.


Diario de voto / Guillermo Sheridan


Viernes 22 de junio. No puedo continuar militando en el movimiento “Indecisos del Mundo Uníos”. El martes votaré en público en mi columna de EL UNIVERSAL. Ya. Basta de procastinar. Estoy aterrado. Temo lo peor. ¿Deberé considerar el “voto útil” que, como su nombre lo indica, es útil para alguien que no soy yo? ¿Deberé tomar en cuenta las encuestas que ya, prácticamente, dan el triunfo a Peña Nieto? Faltan ocho días…

Sábado 23. Por el PRI no puedo votar: pertenezco a la generación del 68. La fuerza con que abomino de sus corporaciones sindicales, su lista eternamente multiplicada de Mestrelbesteres, Murats, Montieles, Marines y Moreiras, siempre supera al respeto por algunos logros indiscutibles. No votaré contra los partidos privados o familiares, esos tumores oportunistas. Algo es algo: mis opciones se reducen a Josefina o a AMLO. 

Domingo 24. El terror va dejando el sitio a la mera angustia. Varios escritores han razonado sus votos públicamente. Es higiénico y encomiable. Todos son inteligentes y honestos (algunos a pesar de ser mis amigos). Unos votarán por López Obrador y otros por Vázquez Mota. Los que han anunciado su voto por AMLO lo hacen tan a regañadientes y con tan desolada resignación que no dudo que hayan disuadido a otros de hacer lo propio. Uno francamente llama a AMLO un “caudillo anticuado” y otro aporta un análisis demoledor sobre un narcisismo que al parecer incluye una denodada resistencia a la autocrítica. 

Domingo 24 (tarde). ¿Puedo votar por un candidato postulado por el Partido del Trabajo (línea de masas), que deploró la muerte del camarada Kim Jong-Il? ¿Puedo votar por el PAN, y su probada incapacidad para crear y/o reclutar cuadros administrativos eficientes e inteligentes? He decidido ver nuevamente el debate del 132, que se retransmite esta noche, y ver qué hago... 

Lunes 25. Ya no es angustia: sólo ansiedad. El debate sirvió. Es obvio que si Peña Nieto manifestó su desdén por los votantes no acudiendo, AMLO manifestó el suyo acudiendo sin prepararse, sin estudiar siquiera el formato. 

Me quedó claro que AMLO no es una persona inteligente. Dilapidaba su tiempo en prolegómenos, enunciados con una lentitud enervante que sería inverosímil atribuir a un prurito de sencillez o exactitud. La pericia de los otros candidatos para emplear en su provecho el formato les ayudó a obnubilarlo aún más. 

Era bochornoso que el moderador, desconcertado, le aconsejase “administrar mejor su tiempo”. Que AMLO no lo escuchase no era bochornoso: era evidencia de su incapacidad para funcionar intelectualmente bajo presión, para analizar su circunstancia y sacarle partido. En varias ocasiones sus oponentes se quedaron con siete minutos para discutir sólo ellos. AMLO se iba convirtiendo, poco a poco, en otra silla vacía. Y cuando hablaba venían estas largas, trastabillantes respuestas llenas de silencios penosos y autohalagos: “¿Cómo combatir la corrupción?”. Respuesta: “Yo soy honesto”… Pueden ser respuestas honestas, pero no son inteligentes. Y a las dos horas del debate un momento aún más lastimero, cuando AMLO por fin dijo: “Ahora sí voy a hablar de corrido”. El debate terminó 10 minutos más tarde… 

Sí, ya sé que en el gabinete de AMLO hay muchas personas inteligentes por las que habría votado con entusiasmo. Personas que, supongo, creerán de buena fe que su inteligencia habría prevalecido contra la tosudez de AMLO y su conformación mental de “caudillo anticuado”, hombre tan sobrado de fe como carente de luces. Dudo que lo hubieran logrado. 

Así las cosas, votaré por Marcelo Ebrard. Lástima que deba esperar seis años para hacerlo. Mientras, simbólicamente, le daré mi inútil voto, pero mío al cabo, a Josefina Vázquez Mota.


 Alea jacta est…

La impunidad y la desfachatez

Razones
Jorge Fernández Menéndez
29-Oct-2009

Algo no funciona en nuestros partidos y particularmente en nuestra izquierda: Martín Esparza, en pleno conflicto por la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, está ocupado en remodelar su rancho en Hidalgo, donde cría caballos criollos. Andrés Jr., el hijo de López Obrador, se ufana de sus tenis Louis Vuitton de mil dólares, de sus viajes en yate a Nueva York, de sus amigas y diversiones en Facebook y Twitter, también le alcanza para criticar allí a los periódicos y a los dirigentes del partido en el que supuestamente milita su padre. Los edificios que administra y construye la gente de René Bejarano deben ser desalojados porque están a punto de caerse, pero el ínclito René se puede dar el lujo de regalar despensas al SME, de estar en actos públicos con Flavio Sosa y Esparza, además de gozar de cada vez mayor peso en el lopezobradorismo. Claudia Sheinbaum sigue inaugurando casas, en realidad, oficinas operativas de ese mismo movimiento, ya van 46 y seguirán muchas más. Adán López, aquel patán que arrojó unos billetes falsos al rostro de Javier Lozano, nos cuenta el periodista Rubén Cortés, tiene una larga historia de chapulín político que le ha permitido, en nueve años, ser madracista, foxista y lopezobradorista, toda una demostración de congruencia política. Y uno no puede menos que preguntarse de dónde sale todo ese dinero, ese desprecio hasta por las formas más elementales de la legalidad y de la política.

En buena medida es por la impunidad. Mañana el IFE dará a conocer oficialmente el dictamen mediante el cual exoneran al PRD de haber recibido dinero del empresario Carlos Ahumada en las elecciones de 2003, como resultado de una investigación de más de cinco años, luego de las denuncias presentadas por priistas y panistas, por los famosos videos que mostraban a los entonces funcionarios y dirigentes del partido, René Bejarano y Carlos Imaz, entre otros, llevándose cientos de miles de dólares de las oficinas de Ahumada. Nunca se ha sabido qué hicieron Bejarano e Imaz con ese dinero y las autoridades han sido tan estrictas en la persecución del empresario que decía ser extorsionado por esos personajes, que no han tenido tiempo ni voluntad para averiguarlo.

Pero tampoco, después de cinco años, lo ha hecho el IFE. La explicación que da el Instituto Electoral para exonerar del caso al PRD resulta absurda, aunque se hayan gastado casi 400 páginas con el fin de desarrollarla: dicen que las fechas en las que Ahumada cobró unos contratos en el Gobierno del DF no coinciden con las fechas en que entregó ese dinero a Bejarano e Imaz, por lo tanto, ese dinero no pudo ir al partido, como si ese pago de contratos fuera la única fuente de ingresos que tenía Ahumada. Por cierto, éste aseguro, en la entrevista que le hicimos en mayo, haber dado unos 200 millones de pesos a ese partido, además de haber pagado, entre otras muchas cosas, que incluían hasta viajes a Europa de algunos de sus dirigentes, la deuda que tenía el PRD con Televisa de las campañas de 2003. ¿Era tan difícil averiguar quién pagó y por qué medios esa deuda? Parece que sí, porque el IFE decidió que en ello no había delito alguno. Lo cierto es que con menos de eso se construyeron el pemexgate y el caso amigos de Fox.

Tampoco se ha averiguado qué sucedió con los 130 millones de pesos que se entregaron, vía las fracciones parlamentarias del PRD y otros partidos, además de las aportaciones de militantes e instituciones, al movimiento de López Obrador. Ni mucho menos a cuánto ascendió la reconocida aportación histórica, así se dijo, del SME, a ese movimiento. En realidad es un río de dinero el que manejan los partidos y este tipo de movimientos que le permite a sus dirigentes vivir durante años sin explicarnos siquiera de dónde vienen tantos de recursos, de qué viven y cómo pueden hacerlo tan bien. El caso de Bejarano es paradigmático: seis años sin trabajar, más un periodo supuestamente en la cárcel (en realidad, acomodado como en un resort para que pasara esos meses) y no hay un solo testimonio para saber de qué vive.

No me molesta en lo personal que el hijo de López Obrador calce tenis de doce mil pesos o que se divierta con sus amigas y amigos en un yate, viaje por el mundo ni que Bejarano pueda regalar 80 mil despensas a los trabajadores del SME.

Lo que debe haber es un poco de congruencia y si son personajes públicos explicarnos públicamente de dónde salen todos esos recursos. Pero no tendremos esas respuestas mientras las autoridades, todas, les permitan seguir actuando a tantos con tanta impunidad.

El único pacto es la ley


NOTA: Publicado por Jorge Fernández Menéndez, un EXCELENTE analista político. 

Las elecciones del domingo primero de julio costarán, sólo en términos presupuestales, es decir entre lo que gastan las autoridades para organizarlas y lo que se le entrega a los partidos para que hagan campaña, unos 10 mil millones de pesos. En realidad es mucho más: habría, por ejemplo, que contabilizar los miles de millones de pesos que implica el regalo de millones de spots de radio y televisión a los mismos partidos y candidatos (y a las distintas autoridades electorales); los franqueos gratis de correo; las colaboraciones privadas, reconocidas o no y que pueden ser millonarias, y muchos otros capítulos que se involucran en uno de los procesos electorales más caros del mundo.

Se ha dicho, en parte con razón, que el costo tan alto de la democracia es equivalente a la desconfianza en el sistema. Y es verdad en parte porque la desconfianza en el sistema la propician los mismos que crearon, administran y utilizan ese sistema electoral que son los partidos políticos. La verdad es que nuestro sistema electoral es muy confiable: se pueden cometer errores, hay cosas que podrían estar mejor hechas y problemas mejor resueltos, pero la mayoría de los problemas los han generado los partidos complejizando un sistema electoral con tantos candados y tan sofisticado que, paradójicamente, al ser tan poco flexible, permite realizar con mayor facilidad las acusaciones de que se ha hecho trampa. El hecho es que desde las elecciones de 1994 hasta hoy, no se ha hecho trampa en las elecciones, mucho menos se ha cometido un fraude electoral.

Puede ser muy atractivo para López Obrador esgrimirlo desde el 2006 hasta la fecha, pero en ese año no hubo fraude: las cifras del conteo rápido, del PREP y de la votación final dieron prácticamente el mismo resultado. Se abrieron casi un tercio de los paquetes electorales, todos en los que había dudas, y el resultado se confirmó. Y el hecho es que López Obrador perdió por medio punto, mientras que Angela Merkel ganó su primera elección como primera ministra de Alemania por unos dos mil votos y nadie protestó; Al Gore ganó la elección de diciembre del 99 en Estados Unidos pero terminó perdiendo la presidencia en una proceso mil veces más confuso y cuestionado que el mexicano y no se está cortando las venas desde entonces o denunciando el supuesto fraude. En las democracias se gana o se pierde.

Pero además, argumentar la existencia de un real o presunto fraude en un proceso en el que cada candidato tendrá por lo menos cien mil representantes de casilla (algunos muchos más, por la confluencia de distintos partidos); donde el IFE tendrá a millones de ciudadanos como funcionarios de casilla seleccionados en forma aleatoria; donde habrá miles de observadores nacionales y extranjeros y donde votarán por lo menos 60 millones de mexicanos, es una irresponsabilidad total. Se vota con credencial de elector, con padrones con fotos, con tinta indeleble.

Por eso mismo resulta tan incomprensible que a una semana de las elecciones, los consejeros del IFE y los principales centros empresariales del país tengan que solicitarle a los candidatos que firmen un acuerdo o pacto de civilidad en el que especifiquen que van a respetar los resultados electorales. En realidad lo que están haciendo es pedirle a López Obrador que los respete si no gana y que no se repita el vergonzoso episodio del bloqueo de Reforma y el Centro Histórico o de aquella presidencia legítima hoy tan olvidada. Resulta extraño también que Andrés Manuel haya dicho una y otra vez que respetará los resultados, pero al mismo tiempo que pida que se evite el fraude en curso, o que asegure que sí aceptaría un pacto pero que él no lo firmaría sino algún representante suyo. Es una absoluta falta de seriedad con las instituciones, con los electores, con quienes participaran en el diseño y la organización de la jornada electoral. Con sus propios militantes y representantes de casilla.

En realidad, en una democracia no es necesario pacto alguno: ya están las leyes, las regulaciones, las normas, las instituciones, los observadores, los representantes para garantizar ese respeto a los resultados. Cada uno de los partidos y candidatos que se embolsan millones de pesos para participar tendrían que tener como principio desde el momento en que aceptan las leyes, las normas, las instituciones y los recursos, respetar esos resultados. No es nada ético participar en un proceso y esperar a que se conozcan los resultados para saber si se aceptan o no. Es como si usted necesitara firmar un pacto o un acuerdo con las autoridades para especificar que sí va a respetar las leyes.

Desde 1994 hasta la fecha en nuestro sistema electoral no ha habido fraudes, ni en el ámbito federal ni en la enorme mayoría de las elecciones locales. Haberlo logrado ha costado recursos enormes, esfuerzos políticos, públicos y privados, gigantescos, la participación de millones de personas. Nadie debería necesitar un pacto para respetar lo que la ley lo obliga a respetar.

2012-06-25

El fraude es imposible; la compra-venta, no

NOTA: Publicado hoy en Milenio, por Luis González de Alba

 El senador Pablo Gómez jamás ha votado ni puesto pie en una casilla. Sólo así se explica el método fantaseado por él, en MILENIO del viernes 22, para cometer el anunciado fraude electoral: "La operación tamal la hemos visto en muchos lugares del país. Desde temprano se concentran votantes en alguna casa, se les da el desayuno —de ahí el término de tamal— y se les va enviando a las casillas durante toda la mañana. El primer votante regresa a la casa de concentración con la boleta en blanco y allí se cruza a favor del PRI [o del PRD, ¿no?], el segundo elector introduce en la urna la boleta antes marcada y entrega a su regreso la suya propia en blanco, el último votante acasillado deposita dos boletas".

Y ese primer votante ¿cómo hace para salir ante funcionarios de casilla, escrutadores, representantes de partidos, observadores nacionales e internacionales, los del Soy132, sin depositar voto alguno en la urna vigilada por 30 pares de ojos? No puedes llevarte esa primera boleta ni depositar dos, a menos que vayan dobladas juntas y entonces, al abrir la urna y encontrarlas así se evidencia el fraude. De ahí el nombre tamal, no del desayuno. Era un tamal porque tenía muchas hojas dobladas juntas. Es físicamente imposible que boletas metidas una a una se ensamblen solas en un tamal dentro de la urna. El solitario PAN pedía anulación. Le respondían echándolo a la calle.

Eran los tiempos de elecciones organizadas por el PRI desde la Secretaría de Gobernación, en 1988 por Bartlett, hoy candidato a senador por la "izquierda" de AMLO. Todos los funcionarios de casilla eran nombrados por el PRI.

Eso se acabó. ¿Es tan difícil de entender? No lo permitirán los funcionarios de casilla, todos ellos vecinos elegidos al azar. Ni los observadores que, afirma AMLO, cubrirán todas las casillas. O se venderán todos, como acusó en 2006 a su propia gente. Y no debe haber ni uno sólo, en sus declarados dos millones, que se niegue y denuncie.

Lo que sí ocurre es la compra de votos. Lo hacen todos los partidos, pregunten a los Bejarano-Padierna y sus métodos en el DF. La enorme diferencia es que en este delito electoral hay un ciudadano que participa. No es menor el asunto de los celulares con cámara fotográfica: si me llega la foto con mi partido cruzado (no sólo el PRI puede pedirlo), te entrego los prometidos pesos. Para que haya un corruptor debe haber un corrompible.

La solución es sencilla si el votante es forzado por algún partido, digamos que arriesga su trabajo: toma la foto con el partido corruptor cruzado, la envía, luego tacha todos los demás: la boleta se anula. A futuro, la ley debe adecuarse a los nuevos tiempos y si ya prohíbe entrar a la casilla con armas, para otra elección se puede prohibir los instrumentos que permitan fotografiar la boleta. Por ahora no pueden funcionarios de casilla evitar lo que la ley no prohíbe.

Habrá ése y otros vericuetos de la tecnología, hoy no previstos en la ley. Pero siempre que alguien corrompe hay un corrompible. No imagino a un ciudadano japonés aceptando yenes por su voto.

No es el único peligro la compra de votos. También los candidatos pueden lanzar "fango sobre la democracia", según el buen título de Roger Bartra, ex miembro del Partido Comunista. Jorge Fernández Menéndez en Excélsior: "López Obrador perdió por medio punto, mientras que Angela Merkel ganó su primera elección como primera ministra de Alemania por unos dos mil votos y nadie protestó; Al Gore ganó la elección de 99 en EU, pero terminó perdiendo la presidencia en un proceso mil veces más confuso y cuestionado que el mexicano y no se está cortando las venas desde entonces o denunciando el supuesto fraude. En las democracias se gana o se pierde."

Terminado el reparto de materiales para la elección, "el IFE se disuelve: ha puesto en manos de ciudadanos toda la parafernalia necesaria para que se lleven a cabo las elecciones", señala enReforma José Woldenberg. Ante la natural suspicacia de los mexicanos, causada por 70 años de fraudes, "la respuesta fue diseñar un método que deja en manos de cientos de miles de ciudadanos la recepción y cómputo de los votos de sus vecinos, vigilados por los representantes de los partidos. Se trataba y se trata de una sola cosa: transparentar el cómputo de los votos para construir confianza", concluye quien estuvo al frente de ese diseño.

Todo voto por Quadri es un remache al partido del Elba Esther. No se lo des. Tampoco a otros partidos-negocio: Verde, PT, MC.

2012-06-22

Cuidar las casillas


Gil Gamés
 
Repantigado en el mullido sillón de su amplísimo estudio, Gamés recibe las noticias electorales a dos semanas de la elección. Una de ellas llamó poderosamente su atención (si la atención no se llama con intenso poder, no vale un peso). Gil lo leyó en su periódico Reforma. Liópez ha emitido un manual para cuidar las casillas. En un video, Liópez se dirige a los 450 mil representantes del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, que estarán presentes en las mesas de votación.

A Gil le gustan los manuales, esos folletos que compendian lo esencial de una materia. Aquí la materia es la defensa de los votos de Liópez y lo esencial tiene varios breves capítulos. Sobra, pero no sobra decir que detrás de todo este margallate pervive el borrego viejo de que en el 2006 hubo fraude, se manipuló la voluntad popular y por ausencia de vigilantes en las casillas le robaron la presidencia a Liópez.

Oigan esto: “Estás actuando como un buen ciudadano, como un hombre o una mujer libre que quiere que haya un cambio verdadero, es importante lo que están haciendo: cuidando los votos”. A Gil se le puso la gallina de carne, o como se diga. Si Gamés ha entendido bien, para el candidato de las izquierdas y los integrantes de Morena, los ciudadanos que colaboran con el IFE y organizan una elección precisamente ciudadana no son dignos de confianza.

En fin, ya lo sabíamos, Liópez no sólo no cree en el IFE sino que considera que ha sido instrumento fundamental de la trapacería y la deshonestidad. Liópez y su catecismo remiso: “que no suceda lo que en el 2006, que sabemos cuánta desgracia provocó al imponer a quien no había ganado la Presidencia”. Pero olvidemos el catecismo y vayamos a la parte práctica del manual. Los vigilantes tienen que ser los primeros en votar para comprobar la calidad de la tinta indeleble.

Ja, elemental mi querido Liópez, los tramposos podrían cambiar la tinta y poner miel en los frascos provocando con esto que los votantes se chupen el dedo y queden listos para votar, por segunda vez, en otra mesa en la cual se les recibirá con los brazos abiertos. Touché, eso no ocurrirá si revisamos la tinta indeleble. Gilga se emociona hasta las lágrimas.

Desde luego, los vigilantes del voto deben ubicar su casilla, capacitarse con su coordinador, conocer a los funcionarios de casilla, tener sus números telefónicos, explicar las 7 formas de votar por AMLO. Aiwey, sólo falta que los vigilantes se persignen. Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y caviló: si hay 7 formas de votar por Liópez, Gil corre el riesgo de sufrir un ataque masivo de estupidez y votar por ¡Liópez! Gamés está sumamente preocupado.

El manual es muy claro respecto a un hecho crucial: la noche del 30 de junio hay que dormir bien. Gil iba a sugerirles a los de Morena medio Tafil, pero se nos queda dormido el Movimiento de Regeneración y luego nos inseminan las urnas, o como se diga. Esto del reposo es muy importante, cuando Gilga no duerme bien confunde las mesas con los sillones. Imaginen a un morenista desvelado: cajum, cajum; sí, apúntenle ese voto a Peña, cajuumm. No, eso nunca: a la camita temprano el 30 de junio. ¿Entendido?

Cuidado, previene Liópez en el video: no acepten comida ajena el día de la elección. Lleven sus propios alimentos, sólo deben aceptar, si acaso, comida de su coordinador. Ja, elemental mi querido Liópez: viene la señora priista, ofrece el tlacoyo envenenado, el vigilante cae víctima de unos retortijones como si hubiera comido los tacos de canasta de El Oaxaco y adiós a la urna impoluta.

Gamés había pensado que se trataba solamente de unas elecciones, pero al parecer para Liópez y Morena el asunto es más peligroso que un viaje al corazón de la selva amazónica. Es que de veras, qué ganas de dar el brinco en el suelo tan parejo.

La máxima de Taine espetó en el ático: “Nada tan peligroso como una idea amplia en cerebros estrechos”.


Gil s’en va


gil.games@razon.com.mx
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@GilGamesX

2012-06-21

Camila Vallejo y Yoani Sánchez


Pablo Hiriart
 
La llegada a México de la joven militante del Partido Comunista de Chile, Camila Vallejo, ocurre en momentos de agitación estudiantil que se empalma con elecciones presidenciales.

Viene de un país donde no hay educación superior gratuita ni en las instituciones del estado, y el movimiento que ella encabezó pugnaba por la abolición de la educación privada.

Invitada por la UAM, la dirigente comunista hablará de su experiencia de lucha y seguramente será oída con entusiasmo por jóvenes que han decidido salir a la calle en demanda de mayor apertura de los medios de comunicación.

Si ésa es la demanda, hubiera sido mucho más enriquecedor que invitasen a la bloguera cubana Yoani Sánchez, perseguida y acosada por usar una herramienta que aquí se emplea sin dificultad, el twitter.

De hecho, Camila Vallejo estuvo recientemente en Cuba donde presentó su libro Podemos cambiar el Mundo, en el marco de los festejos del 50 aniversario de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Yoani trató inútilmente de comunicarse con Vallejo en La Habana, pues la dirigente chilena estaba copada por “los policías tecnológicos que rastrean la web. Allí estaba la crema y nata de la llamada ‘Operación Verdad’ que se encarga de denigrar en internet a quienes tienen opiniones contrarias al sistema y atacan sitios críticos al gobierno de la Isla”.

Vallejo –escribió Yoani- “se veía sometida al protocolo acartonado y obediente de su contraparte cubana. Curiosa paradoja de la postura anti hegemónica en su país, Camila pasaba a compartir la sonrisa y la palabra con la hegemonía del pensamiento oficial cubano”.

En esa visita a Cuba la dirigente chilena se entrevistó con el ex presidente Fidel Castro, y ante ello Yoani Sánchez tomó nuevamente el celular, “mi único e inmediato camino para opinar en un país donde gente como yo, nunca tendrá un minuto de televisión ni espacio para unas líneas en los periódicos nacionales”.

Luego de enviar esa invitación, Yoani oyó sonar su teléfono “y creí que era una llamada de la veinteañera de rostro perfecto y hablar apasionado que milita en el Partido Comunista de Chile”.

No era ella, sino “una joven desesperada por las detenciones en el Oriente del país. Quería narrarme cómo la policía política allanó la casa de un disidente y se lo llevaron junto a su esposa, varios colegas de lucha y una buena parte de los papeles y libros que quedaban en su casa. Me contó sobre las tres hijas del matrimonio que quedaron a cargo de la abuela hasta saber si a los padres los van a procesar por algún delito o sólo era una detención intimidatoria”.

Camila Vallejo, en tanto, recibía los agasajos de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba y nunca tomó contacto con Yoani Sánchez. Por eso pregunto: ¿por qué no invitaron a Yoani, y sí a Camila Vallejo?


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2012-06-20

Serenar (Gil Gamés)


Durante su participación en el segundo debate de los candidatos a la Presidencia, Liópez dijo que iba a serenar a México. Utilizó varias veces la palabra durante sus intervenciones en Guadalajara. En el nuevo anuncio del PRD, Marcelo Ebrard afirma que será un secretario de Gobernación del gobierno de Liópez que se dedicará a “serenar a México”. Una nube de tranquilidad entró al amplísimo estudio y todos los ánimos se aplacaron. No es un mal verbo ni una mala decisión: tranquilizar, apaciguar. Por estas razones, Gil quiso serenarse: cerró los ojos, puso la mente en blanco y sintió una rara paz interior.

Gamés le creería a Liópez si tres días antes no le hubiera dicho a Héctor Aguilar en un acto público con intelectuales, respecto a los caminos y logros de la democracia mexicana, esta certeza de diez filos: “Lamento decirte que hay que empezar de nuevo”. Una forma algo rara de serenar: empezando de nuevo. ¿Te gusta mi casa? No está mal, pero yo la empezaría de nuevo; es decir, la tiraría y construiría otra. Gamés no sabe qué pensar de Liópez: en un templete de Michoacán afirmó que la guerra sucia desembocaría en un fraude; en la emisión de Tercer Grado dijo que una encuesta que sólo él conoce le daba la delantera, a Aguilar le dice que hay que empezar de nuevo y en el debate se tira la puntada de “serenar a México”. Mi no comprende.

Algo inestable el candidato de las izquierdas. ¿No habrá querido decir “zarandear” en vez de “serenar”? Voy a “zarandear a México”. Al término del debate, Liópez asistió a la glorieta de la Minerva donde lo esperaban miles de seguidores: “Nos funcionó la estrategia. Les hice caso a mis asesores, que son los mexicanos, el pueblo”.
Duro y dale con “el pueblo”, Gil se acordó de un texto de Umberto Eco, caminó sobre la duela de cedro blanco del amplísimo estudio, encontró el libro A paso de cangrejo y el artículo “Sobre el populismo mediático”. Gamés le asesta a la lectora y el lector esta breve cita: “En realidad, ‘el pueblo’ como expresión de única voluntad que encarna la moral y la historia, no existe. Existen ciudadanos que tienen ideas diferentes, y el régimen democrático consiste en establecer que gobierna el que obtiene el consenso de la mayoría de los ciudadanos”. Esta tableta informativa se desprende de la desesperación de Gil que ha visto cómo se impone de nuevo la palabra “pueblo” en las mesas, los taburetes, los libreros, los buróes, en fin.
Liópez en la Minerva: “Vamos a ganar la gubernatura de Jalisco y la Presidencia de la República (…) El primero de julio vamos a estar en el Zócalo, en todas las plazas de México celebrando en una fiesta cívica nacional”. Gamés apuesta que el primero de julio en la noche, Liópez llamará a sus seguidores al Zócalo y a las plazas, pero no para celebrar sino para denunciar la imposición y el fraude. La verdad: ¿se lo imaginan aceptando la derrota?, en el caso remoto de que perdiera la elección, mju. O bien, ¿se lo imaginan denunciando la imposición de Televisa y la mafia y los ricos de México?

Gilga leyó en su periódico La Jornada que Tatiana Clouthier resumió algunos comentarios de los hombres y las mujeres más cercanos al candidato: “La estrategia fue mostrar al candidato como lo que es: un hombre sereno, muy educado. No dejó sin responder los ataques; bueno, tal vez uno de Josefina, pero en razón del tiempo, la idea fue no responderle”. Tatiana tiene toda la razón, Liópez es un hombre sereno y educado. ¿Qué? ¿Hay comentarios mordaces, gemidos de incredulidad, ojos desorbitados por la duda? De veras, con ustedes no se puede.

La máxima de Nietzsche buscó espacio en el ático y espetó: “La demencia en el individuo es algo raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla”.


Gil s’en va


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2012-06-19

Cómo no recomendar libros (Jorge Téllez)

Nota: Publicado en  EL GRAFÓLEGO ,un blog de Letras Libres.

Nada como las conmemoraciones para que los apologistas de la lectura aprovechen las redes sociales y ejerciten el género de la pregunta-reproche:
¿Y ustedes ya leyeron el Ulises? (Blomsday)
Me gustaría saber cuántos de verdad han leído algo de Carlos Fuentes (15 de mayo 2012)
Mucho Cervantes y Shakespeare, pero ¿quién se acuerda del Inca Garcilaso de la Vega? Seguro ni lo conocen. (Día internacional del libro 2012)
¿Y Lorca, Cernuda, Parra, Vallejo, Pizarnik? No, ustedes sigan comentando las noticia de hoy (Día Mundial de la Poesía 2012)
Lo mismo sucede con las recomendaciones. Ahora que es posible acceder a bibliotecas gratuitas repletas de lo que consideramos clásicos, no faltan quienes recuerdan los sencillo que es recomendar trivialidades:
–No sé qué leer...
–¿Ya leíste Vida y Destino?
Cuando uno padece crisis de lectura, lo último que necesita es que le recomienden libros que todos saben que son buenos, el consenso no estimula. Recomendar un libro es leerlo dos veces: una para mí; otra para la persona a quien confío que le guste. La recomendación más impersonal –y más inútil– es la que se parece más a manual de literatura que a sincera sugerencia: “Yo (la Academia Sueca, el Premio Príncipe de Asturias, el Cervantes, el PEN International y miles de universidades que regalan doctorados honoris causa) te recomiendoConversación en la catedral”. ¿Quién puede leer así?
Las crisis de lectura aparecen por varias razones: porque leímos un libro muy bueno, o muy malo, o porque no ha habido tiempo para leer, o porque ha habido demasiado. En esos momentos, ni Joyce, ni Cervantes, ni Shakespeare son de utilidad alguna. Cuando el lugar común es que nadie lee, lo último que debería suceder es la aparición de otros tantos lugares comunes llamados Dostoievski, Tolstoi, Stendhal. Un lector en crisis no necesita clases de literatura, sino algo con lo que pueda combatir la apatía, un libro que le proporcione atención personalizada, que lo haga sentir único.
La relación con los clásicos funciona a la inversa. El carácter único lo tiene el libro, mientras que el lector es sólo parte de un proceso de transmisión, reafirmación y validación de esa característica. Para sobrellevar una crisis de lectura puede valer más un libro de Murakami que cualquiera de Thomas Mann, para hablar de falsos extremos.
Lo mejor, quizá, consista en recomendar libros difíciles de conseguir.La sinagoga de los iconoclastas de Juan Rodolfo Wilcock, por ejemplo, o Evocación de Matthias Stimmberg del mexicano Alain-Paul Mallard, libros que se vuelven nuestros por el simple hecho de rastrearlos, desearlos. Libros poco manoseados pero muy discutidos. Libros que nos hacen parte de un clan secreto de lectores para quienes la labor de persecución literaria es una necesidad previa al gozo de leer.

2012-06-18

La búsqueda de Fobia

 Mi amigo Nieto, que comparte conmigo el gusto por El cuarteto de nos me dijo el otro día que el mundo es un lugar horrible cuando no quiere escuchar el nuevo disco de tu banda favorita(en referencia al Porfiado).

 Y aunque Fobia dista mucho de ser la banda que más me gusta, la verdad es que esperaba con ansias su nuevo disco hasta que ocurrió lo de la separación de tres miembros del grupo. Me volví indiferente, pero de todas formas me regale el disco este día del padre que acaba de pasar. Me regale el Destruye Hogares.



 ¿Mi diagnostico? Es un gran disco de Los Odio, grabado por Los Concorde, con la participación de Moderatto y esta claramente influenciado por Fobia. Pero no es un disco de Fobia.

 La búsqueda, primer sencillo del álbum y primer track, esta ligada fuertemente al Rosa Venus, el disco previo de Fobia, tanto en sonido como en temática. Y paramos de contar.

 Del segundo track (la maravillosa Pesadilla) hasta el ultimo el sonido es distante de todos sus trabajos anteriores, las letras abordan el amor como tema central y dejan poco espacio a otros temas. Es un paseo frenético por la mente de Paco Huidobro, quien ha crecido mucho y ya no es el mismo que escribió Dios bendiga a los gusanos o Corazón en caracol; es un hombre más directo, pero por momentos se encuentra uno con alegorías que recuerdan a Moscas (en tracks como Monstruo, por ejemplo).

 La voz de Leonardo esta contenida durante casi todo el disco. Un hombre capaz de cantar tan maravillosamente como en Fobia On Ice debiera pugnar por liberar su interpretación y no permitir que por momentos su voz este en off (En Inesperado y en la muy recomendable Dinosaurios).

 Del resto no vale la pena sacar conclusiones, pues quienes grabaron el disco ya no forman parte de Fobia.

 Destruye Hogares es un buen álbum, que vale la pena escuchar y que dará para más de tres dedicatorias entre los enamorados. Pero, para quienes AMAMOS a Fobia, el disco deja un sabor amargo, como si después de todo Fobia hubiera terminado esa búsqueda iniciada en Rosa Venus y hubiera llegado al punto de no retorno. El Fobia que conocimos y amamos ya no existe. Larga vida a Fobia.

 La mejor: Pesadilla

 La Peor: Inesperado.