2012-09-05

Bryce Echenique, premiado

Gil Gamés
 
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil se enteró de que el Premio FIL de Literatura 2012 le fue otorgado al escritor peruano Alfredo Bryce Echenique. Don Alfredo ha sido acusado del plagio de al menos 26 artículos. Los plagios comprobados sin lugar a dudas fueron expuestos en la plaza pública. Correcto, señores del jurado, otorguen el premio al señor Echenique, pero serán recordados por destrozar un premio importante. Oiga, Raúl, ¿ya vio lo que ocurrió con su premio?

Los honorables miembros del jurado Premio FIL no se han detenido a pensar ni un momento que en México ocurrió un gran escándalo cultural, una pedrea, por los plagios de Sealtiel Alatriste. Sólo un grupo de ciegos y sordos premiaría a un plagiario como Bryce. Gamés no quisiera ponerse pesado, pero han premiado a un señor que se roba todo, palabra por palabra, artículo por artículo. Consecuencia de sus actos: un premio de 150 mil dólares, ¿no estamos locos? Caracho.

Gilga decidió que estaba ante un gran escándalo, el Premio FIL lo han recibido escritores de fuste y fusta como Pitol, García Ponce, Gelman, Lobo Antunes, Fonseca, Vallejo. Gamés repasó los nombres de los miembros del jurado y se encontró con el vacío. Por cierto, los jurados de los premios no suelen dar cuentas de sus designaciones, nunca explican por qué sí y por qué no. Se reúnen, hablan, toman café con galletas y se van a dormir muy tranquilos. Error: el jurado debería hacerse responsable de sus gustos.

Jorge Volpi, Julio Ortega, Leila Guerrero, Margarita Valencia, Mark Millington y Mayra Santos Febres, ¿no les importa darle el Premio FIL a un señor que se ha robado 26 artículos? Inviten a Alatriste al jurado y todos contentos. Mecachis. No se lo tomen a mal a Gil, pero son ustedes unos papanatas interesados, grillos que no premian la calidad sino, como suele ocurrir con los premios, el lobby, las cenas, las influencias, el toma y daca, el quítate que ahí te voy.

Salvo Volpi y Ortega, los miembros del jurado no tienen, al menos en México, un peso específico, una trayectoria, una obra, unos libros. No son nadie. Oiga Raúl Padilla, ¿ya vio lo que hicieron con el Premio? Volpi conoce el medio, sabe de las obras de múltiples escritores latinoamericanos, a eso se ha dedicado durante años, a ampliar la red de sus relaciones públicas, entonces que nos cuente, ¿por qué ha elegido a Bryce y no a Ricardo Piglia, por ejemplo, o a Jorge Edwards, escritor chileno de primera banda?

Alfredo Bryce Echenique es un escritor de al menos dos obras importantes: Un mundo para Julius y La vida exagerada de Martín Romaña, sus memorias son desde luego notables y un puñado de sus cuentos tiene denominación de origen. Eso fue antes de que decidiera cobrar artículos robados.

Gil se lleva los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y cavila: si el medio cultural impidió que Alatriste recibiera el Villaurrutia, en esta ocasión debería considerar inadmisible que Bryce fuera premiado en la FIL de Guadalajara. No es por cierto un premio privado, se trata de dineros públicos: 150 mil dólares, ni más ni menos.

Si la comunidad cultural, cualquier cosa que esto quiera decir, acepta que el día de la inauguración de la FIL se premie a un escritor probadamente plagiario, habrá aceptado entonces que unos sí y otros no, que hay plagiarios buenos y plagiarios malos. ¿Vamos a premiar a un plagiario bueno reconocido por un grupo de escritores ignorantes enredados en la telaraña de sus relaciones públicas? Dirán: Bryce no es un funcionario público, roba a solas en su casa, por eso aquí lo premiamos.

Una máxima anónima espetó dentro del ático: “Cuando un pueblo ya no lee a sus escritores, se dedica a festejarlos”.

Gil s’en va

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