2014-01-26

La encuesta de cultura

Gil Gamés
Gil leyó en sus periódicos que la Encuesta Nacional de Consumo Cultural se presentaba al público. Eduardo Sojo, director del Instituto Nacional de Estadística y Geografía se encargó de dar a conocer la encuesta. Gamés recibió el correo con el contenido del estudio y puso manos a la obra, una obra muy negra, por cierto. “Se puede decir con absoluta certeza que éste es el estudio más serio y completo hasta ahora”, dijo Sojo. Ya empezaron los problemas, farfulló Gamés: ¿absoluta certeza? Ni Dios padre, en caso de que existiera, pero en fin, masculló Gamés, no seamos roñosos.

Desde luego, la encuesta tiene muchísima tela de donde cortar, pero Gamés quiere detenerse en un punto que llamó poderosamente su atención (ya quedamos en que la atención tiene que ser llamada con poder). El inciso se llama “Sitios y eventos culturales seleccionados”. En esta canasta se incluyeron teatros, cines, centros históricos y religiosos, sitios arqueológicos, parques naturales, museos, bibliotecas, hemerotecas. O sea, la Basílica de Guadalupe el 12 de diciembre fue considerada una actividad cultural. Anjá. Y si una familia se lleva una canasta con sándwiches al parque Loreto y Peña Pobre, también, gran actividad cultural que enriquece el espíritu. Lo malo de que las encuestas las hagan hombres y mujeres que no tienen una idea de lo que es una actividad cultural es que consideran un partido de futbol un gran momento del espíritu. Señores: ustedes han confundido tiempo libre con cultura.

Dice el estudio: “Revisando la información en valores monetarios recabada mediante la encuesta, se puede observar que el monto de las erogaciones por el disfrute de las prácticas culturales es superior a los 30 mil millones de pesos y se observa que son los hombres quienes realizan el 56% de dicho gasto, mientras que las mujeres ejercen el 44%”. Anjá, sí, cómo no. Gil no necesita ser Schumpeter para asegurar que con una cifra así de gasto en bienes culturales, se agotarían ediciones, el cine mexicano sería un potosí, el teatro llenaría salas como en Londres, en fon. De verdad: ¿a dónde querían llegar? Si se trataba de gastarse 14 millones de pesos había formas más rápidas y menos tortuosas.

En el subtítulo “Fiestas Tradicionales” dice esta extraña encuesta: “Como parte de las necesidades de información para la caracterización de la cuenta satélite de cultura en la medición de hogares, y como una característica particular de las manifestaciones culturales del país, se encuentran las fiestas tradicionales, ya sean religiosas, cívicas o patrias, o bien carnavales”. Así las cosas (muletilla de poca monta), debieron incluir el consumo de telenovelas, los programas de la farándula y las misas, que de hecho están incluidas.

Les faltó el consumo de ate con queso, el baile de los viejitos, los voladores de Papantla y el sarape de Saltillo como momentos culminantes del consumo cultural mexicano. ¿Qué es cultura?, según estos encuestólogos presenciar un Cruz Azul-América, desde luego el costo de la entrada al estadio se contabilizará como un consumo cultural.

¿Más cultura? La feria de San Marcos, los palenques (cierren las puertas, señores) y el carnaval de Veracruz. Todos ellos muy divertidos y culturales. Nadie puede negar las características digamos culturales de estas ferias cívicas, pero incluirlos como parte del consumo es un abuso, una muestra de ignorancia, oh, sí. Se podrían gastar otros 14 millones de pesos del presupuesto para definir el concepto de cultura. Por lo que ha leído Gilga, esta encuesta ha sido como jugar a la gallina ciega: frío, frío, no me alcanzas, ¡atrás de ti!

La sentencia de Ortega y Gasset espetó dentro del ático: “La máxima especialización equivale a la máxima incultura”.

Gil s’en vail 

gil.games@razon.com.mx

Twitter: @GilGamesX

2014-01-23

Fénix

El Fénix es un animal muy interesante. Se muere y renace, una y otra vez, como este blog.

 Espero que esta vez el Fénix tarde más en morir.

 Les dejo la canción del regreso de UByB.




Bienvenidos (otra vez).