2012-12-13

Al pie del abismo

Gil Gamés
 
En la barra de un bar (ba-ba) de la costa, a la sombra de una palapa protectora, Gil investigaba el calendario maya. En él se encuentra el misterio del abismo. La rueda del tiempo maya es clara como el agua simple: el acoplamiento de Tzolkín, el calendario ritual de 260 días, con el año ordinario de 365 días, Haab, produce algo muy fuerte de ruedas calendáricas muy cañonas, como si en el Instituto de Astronomía Maya hubiera sido nombrado Paco Ignacio Taibo II.

La explicación y las imágenes del juego de pelota sorprendieron a Gamés por su complejidad, severidad (ad-ad) y dureza. La lucha de los contrarios cósmicos, hagan de cuenta Liópez y Salinas, o la Luna y el Sol, o la noche y el día. Gracias a este juego, que nada tiene que ver con el futbol, los astros existen todavía en la bóveda celeste.

Dos equipos en la mitad de la cancha, un servicio desde el fondo impulsado con la cadera. Cuando los contrincantes no respondían el saque se marcaba a favor del contrario. Al parecer, el tanto logrado cuando la pelota pasaba por el aro era imposible; si ocurría, se consideraba algo extraordinario. Sí, los mayas fueron los precursores del futbol italiano, con la diferencia de que a los italianos los convierten en modelos de Armani y a los mayas los liquidaban en la piedra de los sacrificios y les sacaban el corazón como en un bolero de los de antes: toma ese puñal, ábreme las venas, en fin.

La escritura maya tiene grifos, perdón, glifos, cada uno de los cuales consta de un elemento principal y varios secundarios o afijos. Aiwey. Este conjunto es un cartucho, la unión de varios cartuchos forman un texto. En la Riviera Maya se afirma que Volpi escribe con cartuchos quemados, pero nadie lo ha demostrado. Ciertamente, los mayas escribían en códices elaborados con tiras de corteza o cortázar, mju.

No hay una explicación lógica para la desaparición de semejante civilización (ción-ción-ción). La hipótesis que toma fuerza revela el hecho dramático de la desaparición del IFE de la época. Sí, los mayas avanzaron tanto y tan bien que crearon un IFE dirigido en sus momentos de auge por un Woldenberg maya y luego, en declive, por un Ugalde de Cobá.

Pero no nos desviemos. El mundo tocará a su fin de la misma forma en que desaparecieron los mayas y sus ciudades quedaron perdidas en los fuegos de la selva. ¿Por qué los mayas sabían de esa desaparición futura? Muy sencillo: un día Pakal despertó crudísimo y se asomó al observatorio de su pirámide. Uta, pensó, esto ya valió. Es importante hacer notar que en ese tiempo no había Alka Seltzer. En el 2012, meditó Pakal, se revienta el equilibrio. Por estas razones, se espera el fin del mundo. ¿Nada los convence?

Gil caminó por la playa de arena blanca ensimismado en sus pensamientos del fin del mundo. Nada dura, caviló, ni el mar; oh, no. En Mamitas, Playa del Carmen, las mujeres desesperadas se despojan del sostén busto; oh, sí. En desnudez, las mujeres se tienden en la arena para que el Sol las consuma. Algo terrible que no comprenderían ni los propios mayas antiguos. Los hombres caminan cerca de esos cuerpos en disimulo, como ciegos por el Sol, pero la verdad es que observan como si estuvieran en un observatorio maya. Como se habrán dado cuenta, el fin del mundo se ha instalado en Playa Mamitas.

La máxima de Antonio Machado espetó dentro del ático: “Sin el tiempo, esa invención de Satanás, el mundo perdería la angustia de la espera y el consuelo de la esperanza”.

Gil s’en va

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