2012-05-15

Cerati, Carlos y mi padre...

 Me entere mientras realizaba una prueba de laboratorio en el trabajo. Sergio Zurita (a quien por alguna razón idolatro) se burlaba de la memoria de Carlos Fuentes, quien había muerto un par de horas antes.

 Yo no sé cuanto pierden las letras mexicanas o las letras mundiales. No me atrevo a asegurar que Carlos Fuentes es el mejor escritor latinoamericano de la historia (aunque lo crea). Yo perdí mucho.

 Gringo viejo, La región más transparente, Aura, Las buenas consciencias, El naranjo (que nadie ha mencionado en la televisión), La muerte de Artemio Cruz y  La silla del águila son parte indispensable de mi crecimiento como lector y como persona. Lamento su muerte en este día, cuando  justo lamentaba dos años de que Gustavo Cerati entro en coma.

 No soy viejo, pero el mundo en el que crecí se cayo a pedazos hace dos años. Los mismos dos años que han pasado desde que Sergio Zurita se burlo del accidente de Cerati y de su música.

 Ahora resulta que todo lo que queda de mi adolescencia es un director de teatro que se burla de todas las otras personas que han marcado mi vida con su trabajo. Estoy demasiado molesto para poder expresarlo sin soltar groserías a diestra y siniestra.

 Fuentes podía atraparte en sus historias. La primera vez que leí a Fuentes fue con "La región más transparente" ; un libro tan complicado como hermoso. Letras perversas, enredadas, huidizas, burlonas. Me molesto mucho y prometi no volver a acercarme a algo que hubiera escrito ese hombre.

 Y entonces mi papá, el hombre al que más admiro, me invito de nuevo a la obra del Maestro Carlos Fuentes (como él lo llama). Nunca terminare de agradecerle. Mi padre, el mismo que me acerco a la música del tipo de chinos que tenia un vídeo donde bailaba con bebes de plástico y cantaba "siempre es hoy..."

 Y hoy, que la vida y la muerte me separan de Carlos Fuentes y la consciencia y el ruido de cascos (chiste local) me separan de Cerati solo puedo decir gracias. Por su obra. Y por lo que me enseñaron de mi mismo y de mi padre, al que amo profundamente y al que me acerca el gusto por el trabajo que ambos hicieron.

 Citando a  Carlos Fuentes, "Descubrí que el país de mi padre existía, y que yo formaba parte de el..."

 Descanse en paz Carlos Fuentes.

 Gracias Papá, por mostrarme que todo lo que queda de mi adolescencia es lo que tu y yo compartimos.

Gustavo Huidobro.


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