2013-05-13

Madre Lupita


Gil Gamés
 
Con la novedad de que en el Vaticano fieles católicos mexicanos celebraron con feligreses del mundo la elevación a los altares de la santidad a la religiosa María Guadalupe García Zavala, mejor conocida como Madre Lupita. Gil lo leyó en su periódico Excélsior. Decenas de religiosas de la Congregación de las Siervas de la Santa María Margarita y de los Pobres llegaron de madrugada a la Plaza de San Pedro, llevaban banderas de México. La nota no informa si las siervas cargaban matracas y tamboras, gorras y estandartes, como se usa en toda Liguilla que se respete.

La madre Lupita llegó a la gran final después de eliminar a aspirantes a santos y a santas con milagros muy serios en sus trayectorias. Las siervas levantaron la copa y la besaron, ¿o cómo era? En San Pedro no sólo había público de Jalisco, patria chica de la madre Lupita, su patria grande es la eternidad, familias de Zacatecas y Baja California viajaron a la ceremonia de santificación. Es decir, la fanaticada en pleno. Felicidades a la madre Lupita y su familia por esta promoción en la gran empresa del Señor.

El Papa Francisco: “Esta nueva santa mexicana nos invita a amar como Jesús nos ha amado y esto conlleva a no encerrarse en uno mismo, en los propios problemas, en las propias ideas, sino salir e ir al encuentro de quienes tienen necesidad de atención”. Ya lo oyeron, mentores de la CNTE, jóvenes encapuchados, policías comunitarios, Sección 22, estudiantes normalistas: háganle caso al Papa humilde, chirriones. Es que de veras con ustedes.

El cardenal Juan Sandoval Íñi-guez, arzobispo emérito de Guadalajara, daba brincos de felicidad, como si el Rebaño Sagrado hubiera pasado a la gran final: “Las mujeres suelen ser más religiosas, más santas y más honestas que los hombres, pero en México se dio una persecución y entonces se dieron muchos santos mártires, a las mujeres no las martirizaron”. Si el cardenal emérito conociera a Gil, lo promovería de inmediato para la bienaventuranza eterna. En el amplísimo estudio, Gamés va y viene sobre la duela de cedro blanco y con los dedos índice y pulgar en el nacimiento de la nariz, como si quisiera desentrañar el misterio de lo sagrado.

Así las cosas (fina y elegante muletilla), la oficina de comunicación de santa Lupita no se da abasto, plegarias de todos los colores y sabores llegan a su escritorio. En estas jaculatorias se piden muchas cosas, desde algunas un tanto vulgares como que se corone el Cruz Azul (éste sería un auténtico milagro) hasta otras invocaciones en las que se desean muchas botellas de Glenfiddich (en serio).

No faltan plegarias sencillas en las que se piden cosas terrenales: que le den un premio literario a Jorge Volpi (pedido por el propio escritor), que alguien se afilie en estos días al PAN, en fon. Fiel a la tradición mexicana, santa Lupita ofreció a beatos y santas de otras latitudes una mesa de diálogo para discutir el concepto de eternidad.

Santa Lupita tendrá un papel sumamente importante en el curso de las reformas que impulsa el gobierno de Peña. Al parecer, se vislumbran negociaciones que no avanzarán sin la intercesión de los milagros de una santa. Al respecto, el departamento de comunicación de la santa Lupita se inquietó con la formación del Frente Único de Lucha formado en Oaxaca y cuya única misión será oponerse a las reformas. Una nueva santa, lo que nos faltaba.

La máxima de Voltaire espetó dentro del ático: “La religión mal entendida es una fiebre que puede terminar en delirio”.

Gil s’en va

gil.games@razon.com.mx

Twitter: @GilGamesX