2012-03-15

Y LOS LIBROS VUELAN...


Observo de nuevo al joven sentado rodeado de libros. Me miro y lo miro, lo reconozco, una increíble nostalgia me abruma.

Veo la remembranza del huracán Katrina, y el mago de Oz y percibo también  la herencia cultural francesa de Lousiana.

Este corto es una delicia, recibió varios reconocimientos, entre ellos, el más comercial: ganó el Oscar al mejor cortometraje animado . 

Es un pequeño poema sin letras que evoca en mi una profunda melancolía.

Reconozco al artista al que se le escapan las letras, Al que la furia titánica de la realidad sacude,  el huracán vivo que arrasa con todo. La ausencia del control mismo de la vida. El aislamiento  del que alguna vez me habló el artista. El temible guardián de sus creaciones, su celosa dama, la literatura, arrancándolo de mí al igual que lo condenaba a estar conmigo en varias vidas.

Este poema no tiene letras, intentar ponérselas es absurdo.  El logro es una fotografía, donde los que lo conocimos, lo reconocemos…

Para que se embelecen hoy, los libros voladores que se llevaron la estatuilla dorada:




Y como diría copérnico, en su terquedad: "Y sin embargo se mueve", así que aquí seguimos. ¡Je!


Alyne.

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