2011-11-22

15 años y sin receso

He tenido el blog muy abandonado. Eso va a cambiar.
Tengo este post en la cabeza desde hace semanas, así que empiezo de una vez.
Estuve en una fiesta de 15 años; soy demasiado antipático para disfrutar de una fiesta solo por el hecho de estar en ella, así que dedique mi tiempo a observar y concluir sobre lo que vi, aquí se los comparto.
1.- Es muy incómodo ser el esposo de la prima de la prima segunda de la festejada; nadie me conocía y yo no hablo aunque los conozca, sea por realidad o paranoia me pase la fiesta con la sensación de ser continuamente observado.
2.- La media hora de “recepción” es un mal necesario, la familia que no se ha visto en meses (y que solo se ve en esta clase de eventos) habla sobre lo que le ha pasado con familiares que tienen menos interés en esa información que la que podrían tener por conocer el clima en Uganda.
3.- Las mujeres de todos los planetas de la galaxia nacieron con el don y la necesidad de criticar; no quiero sonar machista y sé que hay hombres que también lo hacen (tenemos un nombre para ellos…gays) pero las críticas se dirigen sin piedad a vestido, peinado, bolsa, zapatos, medias, maquillaje, físico, estrato social, color de piel, pareja y largo de las uñas del resto de las invitadas. Me sentí en el Vietnam de la moda.
4.- Los vestidos de 15 años son exagerados; es inevitable, creo que hasta es un requisito para organizar la fiesta; por cierto, en adición al punto 3, todas las mujeres consideran que entre más exagerado un vestido más bonito es.
5.- Nadie va a la misa previa a la fiesta; En esta ocasión me pareció gracioso porque la iglesia y el salón distaban 5 minutos uno del otro. La misa parecía  parque público en jueves a las 15:00, la fiesta parecía metro Hidalgo el viernes a las 07:00.
6.- Odio Crepúsculo; mejor dicho, odio las fiestas de 15 años con temas, en este caso crepúsculo, en otro un disfraz de campanita disfrazado de vestido de 15 años, ¿Qué paso con las fiestas sobrias con vestidos sobrios y sin temas de por medio? Se supone que dejaron de ser niñas y se organizan una fiesta parecida a las de 5 años con piñata de Spider Man.
7.- Entre más veces carguen a la quinceañera (o entre más vueltas le den) el baile es aparentemente mejor; no me quedo muy claro porque, pero creo que es porque a la gente le gusta la posibilidad de que algo salga terriblemente mal y la quinceañera se lastime.
8.- Soy payaso de rodeoooo; Es la parte del baile más odiosa, aparecen dos canciones que son una y que a la vez no son ninguna, la gente se junta en una mezcla entre ballet ruso y reos de Santa Martha y ejecuta una serie de movimientos idénticos durante casi 10 minutos, no dudo que Satán se inspire en eso para torturar en el infierno.
9.- El pastel no tiene suficiente merengue; no es mi opinión, pero creo que los organizadores del mundo la comparten.
10.- No sabes que tanto te cambia un hijo; ni mi esposa es capaz de hacerme bailar más de media canción por cada dos horas de fiesta, y entonces llega mi hijo y resulta que “ya llego ya llego…ya llego Arjen Bailador”. Mi hijo y yo bailando al son de lo que tocaba la banda y yo provisto de una total falta de vergüenza.
11.- Estar al final de la fiesta y ver como vacían las mesas es incómodo; he estado muchas veces en esta situación, queda un tío ebrio bailando con la música que sale de la bocina del salón y que tiene más la intención de despedir a los invitados que de ser bailada; los meseros recogen lo que hay en las mesas y la quinceañera está sentada y muestra signos de cansancio como si acabara de correr la ruta del Tour de Francia a pie y uno, fastidiado y desvelado, arroja al ruedo un “¿Ya vámonos no?” y recibe por respuesta un “Ya solo nos despedimos” que dura hasta que la quinceañera cumple 30.
Terminado el maldito ritual de llegar a casa a dormir un par de horas uno despierta dispuesto a proseguir su vida con renovadas fuerzas y entonces la familia dice “En 15 días tenemos primera comunión”. La vida familiar.

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