2011-11-22

Basado en un hecho real

Muchas veces se anuncian películas o libros con el eslogan “basado en un hecho real”; esto normalmente significa que lo que veremos es una exageración de algún hecho intrascendente que le ocurrió al primo de un amigo un día entre miércoles y viernes.
Pero hoy, Un Beso y Bang… les presenta una verdadera historia real.
Abraham* tenía cinco años cuando tuvo su primer episodio de pánico. Como muchos de nosotros, Abraham acababa de ver su primera película de terror y había sido incapaz de ir al baño o a su cuarto él solo, necesitaba la compañía de su madre para que encendiera la luz y lo esperara para bajar juntos.
El problema con Abraham fue que nunca pudo superar su miedo. Su familia, cansada, lo llevo al psicólogo, quien trato de convencerlo de que no existía razón para temer las visitas al cuarto de baño sin importar que estuviera a oscuras. Abraham, como todo hombre trastornado y atormentado, acabo convertido en un experto de la tecnología.
Entre otras cosas, instalo sistemas en su casa que encendían las luces del pasillo y del baño tan pronto como se paraba en el borde de las escaleras; convencido de que existía algo a que temerle en el cuarto de baño programo su cámara para que grabara al detectar movimientos bruscos y la coloco en el cuarto de baño con la esperanza de captar la prueba de que sus temores eran reales.
Sin embargo, un día desapareció. Su familia lo busco por todas partes y a través de todos los medios, pero fue en vano, su hijo no estaba en ninguna parte. Al revisar su casa la policía dio con la cámara instalada en el cuarto de baño y procedió a inspeccionar el contenido.
El informe declara que de alguna forma la cámara paso del modo de video al modo de fotografía, probablemente al moverla Abraham había provocado el cambio. Sin embargo, continúo programada para accionarse con movimientos bruscos, captando algunas imágenes que no tenían mayor trascendencia…y una imagen que paralizo a los policías que la observaron.
Se dio aviso a la familia de que se había descubierto lo que paso aquel día de la desaparición de Abraham, pero se pidió al padre de Abraham que entrara solo a la oficina donde le fue mostrada la imagen.
Destrozado y confundido, el hombre no atino a hacer preguntas, sobre todo porque sabía que nadie en ese cuarto tendría respuestas. La familia tomo la decisión de difundir la imagen para evitar que alguien más sufra el destino de su hijo.
Hoy, siete años después de que se analizara la cámara, la familia no olvida pero continúa con su vida.
Aquí la imagen descubierta durante la investigación.

*Se cambió el nombre del implicado para proteger la privacidad de su familia.

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