2012-06-21

Camila Vallejo y Yoani Sánchez


Pablo Hiriart
 
La llegada a México de la joven militante del Partido Comunista de Chile, Camila Vallejo, ocurre en momentos de agitación estudiantil que se empalma con elecciones presidenciales.

Viene de un país donde no hay educación superior gratuita ni en las instituciones del estado, y el movimiento que ella encabezó pugnaba por la abolición de la educación privada.

Invitada por la UAM, la dirigente comunista hablará de su experiencia de lucha y seguramente será oída con entusiasmo por jóvenes que han decidido salir a la calle en demanda de mayor apertura de los medios de comunicación.

Si ésa es la demanda, hubiera sido mucho más enriquecedor que invitasen a la bloguera cubana Yoani Sánchez, perseguida y acosada por usar una herramienta que aquí se emplea sin dificultad, el twitter.

De hecho, Camila Vallejo estuvo recientemente en Cuba donde presentó su libro Podemos cambiar el Mundo, en el marco de los festejos del 50 aniversario de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Yoani trató inútilmente de comunicarse con Vallejo en La Habana, pues la dirigente chilena estaba copada por “los policías tecnológicos que rastrean la web. Allí estaba la crema y nata de la llamada ‘Operación Verdad’ que se encarga de denigrar en internet a quienes tienen opiniones contrarias al sistema y atacan sitios críticos al gobierno de la Isla”.

Vallejo –escribió Yoani- “se veía sometida al protocolo acartonado y obediente de su contraparte cubana. Curiosa paradoja de la postura anti hegemónica en su país, Camila pasaba a compartir la sonrisa y la palabra con la hegemonía del pensamiento oficial cubano”.

En esa visita a Cuba la dirigente chilena se entrevistó con el ex presidente Fidel Castro, y ante ello Yoani Sánchez tomó nuevamente el celular, “mi único e inmediato camino para opinar en un país donde gente como yo, nunca tendrá un minuto de televisión ni espacio para unas líneas en los periódicos nacionales”.

Luego de enviar esa invitación, Yoani oyó sonar su teléfono “y creí que era una llamada de la veinteañera de rostro perfecto y hablar apasionado que milita en el Partido Comunista de Chile”.

No era ella, sino “una joven desesperada por las detenciones en el Oriente del país. Quería narrarme cómo la policía política allanó la casa de un disidente y se lo llevaron junto a su esposa, varios colegas de lucha y una buena parte de los papeles y libros que quedaban en su casa. Me contó sobre las tres hijas del matrimonio que quedaron a cargo de la abuela hasta saber si a los padres los van a procesar por algún delito o sólo era una detención intimidatoria”.

Camila Vallejo, en tanto, recibía los agasajos de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba y nunca tomó contacto con Yoani Sánchez. Por eso pregunto: ¿por qué no invitaron a Yoani, y sí a Camila Vallejo?


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