2012-06-20

Serenar (Gil Gamés)


Durante su participación en el segundo debate de los candidatos a la Presidencia, Liópez dijo que iba a serenar a México. Utilizó varias veces la palabra durante sus intervenciones en Guadalajara. En el nuevo anuncio del PRD, Marcelo Ebrard afirma que será un secretario de Gobernación del gobierno de Liópez que se dedicará a “serenar a México”. Una nube de tranquilidad entró al amplísimo estudio y todos los ánimos se aplacaron. No es un mal verbo ni una mala decisión: tranquilizar, apaciguar. Por estas razones, Gil quiso serenarse: cerró los ojos, puso la mente en blanco y sintió una rara paz interior.

Gamés le creería a Liópez si tres días antes no le hubiera dicho a Héctor Aguilar en un acto público con intelectuales, respecto a los caminos y logros de la democracia mexicana, esta certeza de diez filos: “Lamento decirte que hay que empezar de nuevo”. Una forma algo rara de serenar: empezando de nuevo. ¿Te gusta mi casa? No está mal, pero yo la empezaría de nuevo; es decir, la tiraría y construiría otra. Gamés no sabe qué pensar de Liópez: en un templete de Michoacán afirmó que la guerra sucia desembocaría en un fraude; en la emisión de Tercer Grado dijo que una encuesta que sólo él conoce le daba la delantera, a Aguilar le dice que hay que empezar de nuevo y en el debate se tira la puntada de “serenar a México”. Mi no comprende.

Algo inestable el candidato de las izquierdas. ¿No habrá querido decir “zarandear” en vez de “serenar”? Voy a “zarandear a México”. Al término del debate, Liópez asistió a la glorieta de la Minerva donde lo esperaban miles de seguidores: “Nos funcionó la estrategia. Les hice caso a mis asesores, que son los mexicanos, el pueblo”.
Duro y dale con “el pueblo”, Gil se acordó de un texto de Umberto Eco, caminó sobre la duela de cedro blanco del amplísimo estudio, encontró el libro A paso de cangrejo y el artículo “Sobre el populismo mediático”. Gamés le asesta a la lectora y el lector esta breve cita: “En realidad, ‘el pueblo’ como expresión de única voluntad que encarna la moral y la historia, no existe. Existen ciudadanos que tienen ideas diferentes, y el régimen democrático consiste en establecer que gobierna el que obtiene el consenso de la mayoría de los ciudadanos”. Esta tableta informativa se desprende de la desesperación de Gil que ha visto cómo se impone de nuevo la palabra “pueblo” en las mesas, los taburetes, los libreros, los buróes, en fin.
Liópez en la Minerva: “Vamos a ganar la gubernatura de Jalisco y la Presidencia de la República (…) El primero de julio vamos a estar en el Zócalo, en todas las plazas de México celebrando en una fiesta cívica nacional”. Gamés apuesta que el primero de julio en la noche, Liópez llamará a sus seguidores al Zócalo y a las plazas, pero no para celebrar sino para denunciar la imposición y el fraude. La verdad: ¿se lo imaginan aceptando la derrota?, en el caso remoto de que perdiera la elección, mju. O bien, ¿se lo imaginan denunciando la imposición de Televisa y la mafia y los ricos de México?

Gilga leyó en su periódico La Jornada que Tatiana Clouthier resumió algunos comentarios de los hombres y las mujeres más cercanos al candidato: “La estrategia fue mostrar al candidato como lo que es: un hombre sereno, muy educado. No dejó sin responder los ataques; bueno, tal vez uno de Josefina, pero en razón del tiempo, la idea fue no responderle”. Tatiana tiene toda la razón, Liópez es un hombre sereno y educado. ¿Qué? ¿Hay comentarios mordaces, gemidos de incredulidad, ojos desorbitados por la duda? De veras, con ustedes no se puede.

La máxima de Nietzsche buscó espacio en el ático y espetó: “La demencia en el individuo es algo raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla”.


Gil s’en va


gil.games@razon.com.mx
Twitter: 
@GilGamesX

No hay comentarios.:

Publicar un comentario