2012-06-01

Primavera y esperanza (Gil Gamés)


Nota del copypasteador: Les comparto esta columna de Gil Gamés y los invito a comentarla. Ojala algún día activen los comentarios en la pagina del periódico "La Razón".


Hace muchos años Gil leyó un libro malísimo de Mario Benedetti que se llamaba Primavera con una esquina rota. El recuerdo del título de esa aventura narrativa de Benedetti entró al amplísimo estudio, una fragancia del pasado se respiraba entre los libros. El asunto viene a cuento si pensamos en el #YoSoy132, el movimiento de jóvenes que se inició en la Universidad Iberoamericana con un grupo de estudiantes que repudiaron al candidato Peña Nieto durante una visita a la Ibero. En un tris, los jóvenes se convirtieron en noticia. Las primeras demandas, democratización de los medios y transmisión del debate en cadena nacional, los puso en el candelero.

Algunos le llamaron a la corriente de los jóvenes, no sin algún exceso del deseo, la primavera mexicana, un eco de los movimientos de liberación del totalitarismo árabe a través de las redes sociales. En las calles, a gritos, en fila, echando desmadre, saltando, los estudiantes de varias universidades le dieron un pequeño y nada despreciable vuelco a las mortecinas campañas políticas. Buena cosa, no se diga más.

Como centellas, los jóvenes se identificaron con Liópez y repudiaron a Peña Nieto. Liópez y sus huestes rápidamente tomaron posiciones e intentaron, Gil no sabe con qué eficacia, acercarse al #YoSoy132. Más tarde, algunos jóvenes se vieron al espejo y afirmaron que eran apartidistas, pero no apolíticos. Hasta ese momento, un grupo numeroso de jóvenes, muy jóvenes, se integraba a la política, expresaba su malestar con la vida política mexicana mediante exigencias y peticiones. ¿Qué ocurrió? Ocurrió que ahora hay una primavera con una esquina desportillada, en el mejor de los casos.

Los electricistas del SME se les pegaron como lapa a los jóvenes. Un dirigente casi anciano dijo que era 132, en una cantina, alguien dijo que el señor llevaba 132 años sin estudiar, en fin. Luego, o al mismo tiempo, los de Atenco. Y como vieron que resistía fueron a llamar a otros militantes. En las islas de la UNAM se reunieron en una asamblea para decidir el futuro del movimiento. Cada vez que Gil escribe la palabra movimiento, un escalofrío le recorre la espalda.

De pronto, sin decir agua va o agua viene, aparecieron integrantes de la CNTE, del CGH, ¿se acuerdan?, éstos ofrecieron el auditorio Che Guevara, donde viven desde hace años, para realizar las mesas y la misma asamblea. Su periódico La Jornada informa en una crónica de Emir Olivares, Laura Poy y Claudia Herrera: “Los integrantes del movimiento #YoSoy132 se declararon herederos de las crisis económicas, de los fraudes electorales, de las luchas estudiantiles de 1968 y 1971, de las represiones durante la guerra sucia de los años 70, así como de Acteal, Atenco y Oaxaca y de movimientos sociales como el magonismo, el villismo, el zapatismo, además del EZLN”. Uta: ¿nada más? ¿Magonismo, villismo? No tenemos remedio, de verdad. Tan bien que íbamos.

Gil se permite algunas sugerencias para heredar al movimiento (más escalofríos): Lucio Cabañas, Genaro Vázquez Rojas, la Normal de Ayotzinapa, Gerardo Fernández Noroña, René Bejarano, Dolores Padierna, Juanito. ¿Cómo la ven? Sin albur. La verdad es que no faltan próceres de la lucha revolucionaria. Y ya de paso, una canción: yo quiero que a mí me entierren como a un revolucionario, en el vientre oscuro y fresco de una vasija de barro. ¿Les gustó?

La repartición de juicios políticos estuvo buena: al Presidente Calderón, a Enrique Peña Nieto, a Elba Esther Gordillo. No sobra agregar, por si hiciera falta, que descalificaron al IFE por el fraude que viene. Y listo, ustedes han leído en unas cuantas líneas traídas de su periódico La Jornada cómo demoler un movimiento interesante. La primavera se volvió invierno, rápido y fácil. No falla: lo que toca eso que llaman izquierda cavernaria, se funde, se derrite. ¿Sí o no?

Los viernes, Gil toma la copa con amigos verdaderos. Mientras las bandejas con Glenfiddich se acercan, Gamés discutirá de la primavera mexicana y pondrá a circular en la mesa la máxima de Thomas Jefferson: “Un poco de rebelión de vez en cuando es cosa buena”.


Gil s’en va


gil.games@razon.com.mx
Twitter: 
@GilGamesX

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